sábado, 26 de agosto de 2006

Francisco Vergara

Mi accidente sucedió en 1970. Tenía entonces12 años. Fuimos a pasear al sector de Topáter con mi familia, mis hermanos y un amigo, Silverio, que falleció no hace mucho.
Encontramos una bomba, que hizo explosión al caer, y yo quedé con una pierna destrozada, mi hermano Lucho también, y Silverio quedó con las dos piernas hechas pedazos.
Nos encontraron unas personas que pasaron por ahí en un camión, y en él nos llevaron al hospital. Allí nos pasaron al pabellón, nos durmieron, y nos operaron.
Al día siguiente al despertar me dí cuenta de que me faltaba una pierna. A Silverio le amputaron las dos de inmediato, y al Lucho, mi hermano, le cortaron una y le iban a cortar la otra porque estaba el pié en muy malas condiciones, pero lo trasladaron al Hospital de Antofagasta para salvársela.
Y desde ahí nos mandaron a Santiago.
Yo estuve como 6 meses en el Hospital Calvo Mackenna y otros 6 meses en el Instituto de Rehabilitación. En1971 me pusieron la primera prótesis, y la segunda en 1972.
Después de 6 años me pusieron la prótesis que tengo ahora. Desde entonces no he tenido ninguna otra, Y ésta está en muy malas condiciones, ya tiene 28 años, y he tenido que repararla con un amigo que es carpintero con trozos de madera, con alambres, pernos y me las arreglo de cualquier modo para poder seguir usándola. En realidad ya no me es muy útil, me daña el muñón, pero qué le vamos a hacer, es la única que tengo y no puedo comprarme otra.
Los tratamientos, los viajes y todos los gastos los costeó mi papá. Como él era garzón, ganaba muy poco, pero tenía algunos conocidos, por ejemplo en el Club de Leones, donde había gente que le ayudaba organizando alguna actividad como por ejemplo, exhibían alguna película, y el dinero que reunían lo aportaban para pagar nuestros tratamientos.
Antes del accidente podía hacer de todo. Ahora no puedo hacer muchas cosas. La sociedad lo discrimina a uno, la gente se burla de una persona sin piernas, la gente a uno no lo vé igual que los demás. Hay discriminación con una persona amputada.
Dejé de estudiar porque me sentía muy mal anímicamente, sentía que se burlaban de mí en el colegio, así es que me fui alejando poco a poco, hasta que no fui más.
Si hubiera estudiado hubiera sido otra persona. Si tuviera la oportunidad ahora de capacitarme en algo, en algún trabajo mejor, lo haría, aunque sea con el fin de saber más,
como una satisfacción personal.
Pero al menos, agradezco que tengo un trabajo. Soy empleado de la corporación municipal, como auxiliar de aseo en un colegio, y aunque es un trabajo humilde, me gano con ello la vida.
Fuimos a la Gobernación en el tiempo del gobierno militar a solicitar ayuda. El ejército nos interrogó sobre lo que había pasado. Nos dijeron que nos iban a jubilar, que nos iban a dar un trabajo, porque se dieron cuenta que lo que nos había dañado era una bomba de ellos. Nos interrogaron, nos pidieron papeles y más papeles para demostrar nuestras lesiones, como si no fueran visibles, se hizo un sumario, etc. Pero ese sumario se perdió, así es que nunca más supimos de nuestro caso en el aspecto legal, desaparecieron todos los antecedentes. Tienen que haberlo perdido a propósito.
Hasta que una vez nos dijeron que nos dejáramos de molestar, porque si lo hacíamos no nos iban a ayudar en nada. De todas maneras nunca nos ayudaron, así es que dio lo mismo.
Después de esto no hubo ninguna querella. No teníamos dinero para ello. Qué abogado va a defender una causa como la de nosotros, la consideraban perdida. Un abogado empezó a hacer algo pero abandonó la pelea. Parece que de algún modo le amarraron las manos, o no le interesaba el asunto, no sé.
Aparte del asunto legal, hemos golpeado puertas por todos lados, y todas se nos han cerrado. Escribimos cartas a la Sra. de Pinochet, a la Sra de Aylwin, y no hemos recibido ninguna respuesta. Hemos pedido ayuda porque yo no puedo comprarme una prótesis. Eso significaría para mí dejar de comer varios meses para poder pagarme una, con lo poco que gano.
La justicia no es igual para todos. Al que tiene como pagar, y comprar un abogado le puede ir bien. Pero de lo contrario, resulta peor, porque hay que reunir plata para pagarle a un abogado, y si después pierde más encima quedo peor que antes.
El COMPIN me ha hecho hacer un montón de trámites y no he sacado nada. Me envían de un lado para otro y nunca he logrado nada. Lo mismo ha pasado con el Fonadis.
Estuve muy deprimido un tiempo, hasta que conseguí mi trabajo. Eso me ayudó bastante. Ahora ya no me siento tan mal. Al menos puedo ganar algo.
Nunca formé una familia. Pero tengo un hijo. No he querido casarme porque para qué voy a hacer sufrir a una mujer que esté conmigo. Imagínese si me quedo sin trabajo. Mejor sufro yo solo, le doy al niño lo que puedo de lo poco que yo gano.
Estoy desesperanzado. Ahora, cuando me ofrecen ayuda, no creo que llegue. Prefiero no tener esperanzas. Mi hermano está peor que yo. Yo al menos me muevo, trato de trabajar en algo, pero el no puede hacer nada, pasa en la casa.
Me gustaría que nos dieran una ayuda que nos sirva de algo como un cambio de prótesis. Una vez quise comprarme un pié, me costaba doscientos mil pesos, y con mi ingreso es imposible costearlo.
Respecto a los políticos, nunca ningún político nos ha ayudado, salvo el Doctor Olguín, que en la época del accidente era candidato a Diputado o Senador. Él consiguió que nos llevaran a Santiago para hacernos tratamiento. Pero aparte de él, nadie. En la Alcaldía y en el COMPIN nos contaron el chiste de que nosotros teníamos que poner la mitad del costo para una prótesis nueva. Es lo mismo que no nos dieran nada.
Me han preguntado si espero algo de la Justicia. Claro, espero que me digan al menos de quién fue la culpa de dejar botada esa bomba que nos mutiló. Que alguien me dé una excusa. Que me otorguen una nueva prótesis para enfrentar mi trabajo en mejores condiciones. Que me den la posibilidad de poder capacitarme para conseguir un trabajo mejor, y desempeñarme mejor en la sociedad en que vivo. Eso espero de la Justicia, si es que existe.






N.del E.
-COMPIN: Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez. Organismo dependiente del Estado de Chile.
-Fonadis: Fondo Nacional de la Discapacidad.
-Topáter: lugar en la periferia inmediata de la ciudad de Calama. El lugar donde sucedió el accidente era un campo de prácticas de artillería no delimitado ni señalizado en modo alguno para los civiles. Remítase el lector al relato de Luis Vergara y a la entrevista hecha al señor Jaime Cárdenas.
-Bomba: el narrador se refiere en éstos términos a un proyectil, probablemente de 106 mm. lanzado por un cañón móvil durante maniobras militares, que no hizo explosión al impactar contra su blanco.
-Gobernación: sede de la autoridad principal de gobierno interior de una provincia, en este caso El Loa, segunda región de Chile.
-Garzón: waiter, bursche, garcon. El oficio del padre de la víctima, que en Chile significa un nivel de ingreso muy bajo.
-Comentario del Editor: Es evidente la desesperanza de la víctima. Su relato ha sido hecho como apenas un suceso más en su vida, y ni siquiera ha tenido el ánimo de recordar su dolor, cosa que hemos respetado. No se detuvo en describir sus padecimientos, como es evidente en lo que se transcribe, y no espera ya nada de la sociedad que lo mutiló. La justicia se revela para él como una utopía, y le pide lo mínimo: su rehabilitación y su reinserción laboral. En realidad, no quiere pedirle nada, porque no espera nada.

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